##################### #########################################

Hoy es sábado, mayo 10, 2008 todavía

Entrada nº 109: Past time paradise

Todo el que ha enterrado a un ser-querido (bonito eufemismo) tiene en su cuarto un cajón de pandora.
Sólo se abre muy de vez en cuando, sin saber bien porqué. Suele ser accionado por un impulso espontáneo en un momento de bajón.
Documentación personal. Una funda de gafas vacía que nunca usarás. Fotos. Llaves que no sabes de dónde son. Folios con cosas y reseñas que no tienes ni idea de qué significan, pero que están escritas de su puño y letra (en boli negro, siempre en boli negro). Un reloj que tenía pila la última vez que lo viste. Incluso unos cuantos objetos del cajón que él dedicara a tus abuelos. No los llegaste a conocer, pero si fueron importantes para él también lo son para ti. Propiedad transitiva del cajón pandora: sus recuerdos pasan a ser parte de tus recuerdos.
Segunda propiedad: todo lo que ha entrado, no sale. El objeto más inútil aparente tiene su razón ahí, aunque hayas olvidado por qué lo metiste.
Tercera propiedad: abrir el cajón cierra el estómago. Quizá debieras llorar o quizá no. El caso es que no te atreves a ver qué hay más allá del estado de nudo en el estómago.
Circunstancialmente el cajón está pegado a un espejo.
No te aguantas la mirada.
Qué wai.

Etiquetas:

Aquí antes iba un contador. Hasta que un día le dio por hacer saltar ventanas de publicidad. Aquí ahora no va un contador