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Hoy es martes, octubre 24, 2006 todavía

Entrada nº 23: Fuck you



El que no conozca el dolor, o el que desconozca que sólo es un contrario de la felicidad, es un individuo sin objeto ni sentido.
El autodiagnóstico: esa fabulosa maldición que imprime una información triple en tu conciencia: lo que está pasando, lo que no está pasando, lo que debería estar pasando. Se vuelve pesada cuando los informes comienzan a llegar sin que los encargues. ¿Todo va bien? Bien... oleada de subinformes: cosas que debes hacer para que todo siga yendo bien, cosas que debes ignorar para que algo no comience a ir mal. ¿Todo va mal? viceversa. El problema llega cuando la lectura de estados absorve todos los recursos del sistema y te bloquea ante la imposibilidad de llevar a cabo el cambio hacia un óptimo. Informe: "Advertencia, tienes hambre". Autodiagnóstico: "Mal". Subinforme: "Cosas que debes hacer para llegar a un óptimo: comer". ¿Qué hacer cuando es imposible llegar al óptimo en el momento en que se da la alarma? Te controlas "Espera, no es hora de comer, ahora estoy ocupado". Esto es algo que no podías hacer con 5 años.
Otro ejemplo. "Advertencia, tienes sueño". Autodiagnóstico: "Mal". Subinforme: "Cosa que debes hacer para llegar al óptimo: dormir". ¿Qué hacer cuando es imposible llegar al ótimo en el momento de la alarma? Te controlas "Espera, no es hora de dormir, ahora estoy ocupado". Esto es algo que no puedes hacer con 20 años.
8.40 Ante Meridian. Estás en clase. Maldices tu suerte y tu indecisión de haberte quedado la noche anterior hasta las tantas haciendo el gilipollas. Llega un informe. Autodiagnóstico. Subinforme. "Dios....qué sueño" No te controlas; te resignas. Bostezo. "Joder....puto sueño". Te lamentas. Otro bostezo. Te bloqueas. Cobra más importancia parece dejar claro al mundo que te mueres de sueño que la clase en sí. La voz de la profesora se distorsiona en su viaje su_laringe-tus_oídos y es percibida por ti como un hilo musical distante, tenue, monótono, que poco a poco va cobrando cuerpo como nana e invita a echarse una cabezadita. Más bostezos. Párpados de piedra pesada.
La madurez llega cuando el tratamiento de los autodiagnósticos se vuelve frío y lógico. Informe-Autodiagnóstico-subinforme...imposibilidad de llevar a término una mejora en el estado. Madurez. Resultado: "TE JODES". Tienes que disfrutar diciéndote esto, sentirte un tipo importante. Así es cómo harás de la madurez un hábito. "Oh, buen Dios, qué sueño" ¿No puedes hacer nada?: te jodes. Y con una vez debe bastar, rechaza todas las posteriores remesas de informes de autodiagnóstico. Recíclalas, destrúyelas con FUEGO. Y esto en todos los casos.
Así que ya sabéis: que os jodan a todos

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4 Comments:

Blogger Azrael said...

Esa es la impotencia en la que uno se sume cuando hay algo que no puede controlar, "yo controlo" no, no controlas.
No puedes alcanzar el estado óptimo, resignación.
Es la maldición del corto plazo, la reestructuración para alcanzar el óptimo no siempre es posible. Trabajemos el largo plazo que permite mas posibilidades

24 octubre, 2006 23:06  
Anonymous Anónimo said...

a mi entender quizás el título del escrito no hace justicia con el contendido, pero tengo algo a decir... espero que no llegue ese momento en que no pueda hacer nada más que resignarme sobre mi estado ¿mental?
Pésimo día será.
Gracias por adelantarte una vez más maese ; )

25 octubre, 2006 00:40  
Anonymous Anónimo said...

Estás que te sales ultimamente :D Y yo perdiéndomelo!

29 octubre, 2006 04:59  
Anonymous Anónimo said...

tienes 20 años???

JO-DER

jajaja

adorable.
saludos

jarabe de polen

10 diciembre, 2006 05:53  

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