Ni número ni título

Entrada espontánea que borraré o no cuando me dé por ahí o no.
¿Por qué diablos -es como decir "qué demonios"..tan arcaico que mola- secuestro mi conciencia una y otra vez y la arraaaaaastro hasta paparruchadas idealizadas absurdas e imposibles(¿?)? Vicio Vicio ¿Es que no voy poner siquiera un precio de rescate? Qué irónico, empalado con mi premio de no-sé-qué.
Como pedirle al niño que se quede en su habitación mirando las diferentes y poco versátiles tonalidades de gris del papel de pared que su sino eligió como estimulante decoración, cuando por la rendija de la persiana bajada a cal y canto entra un impertinente haz de luz que deja adivinar toda la puta orgía de colores que se manifiesta a sólo un muro dimensional de distancia. Quieto niño, quieto. Jugar fuera es peligroso.
Niño se muerde las uñas. O no..se las destroza arañando distraídamente el gris de su vida.
Yeeepa, estate quieto. Esa luz que te atrae cual mosquito encandilado nace en la nada. No existe fuente que la cree, es de cerebros de mosquito ciertamente el perseguirla. Lo sé, lo sabes, sabes que lo sé y sé que lo sabemos y bla bla bla.
Ni-ña-to. Coge las putas acuarelas que hay encima de la mesa y.. sí, sí vale, voy a decirte que pintes tú un arcoiris en el muro grisáceo. Muy bien, no es original la idea pero es lo que hay. No sales. No sales del cuarto y punto.
Pues deja de respirar en simbólica y activa protesta si quieres.
Pero el niño no se contentará con prescindir de oxígeno hasta adquirir unas violáceas mejillas. Tras aprender el significado de una humillante falta de recursos para imponer su voluntad (a nadie impresiona que aguantes 3 minutos sin respirar), niño tuvo mejores y más impactantes ideas. Primero barajó la posibilidad de crecer y crecer hasta romper el techo del cuarto con la cabeza. No, pasaba de llenarse el pelo de escayola. Consideró entonces que estaría bien elaborar de alguna manera un potente explosivo, y hacer saltar por los aires TODO. Un BUUM redentor, un estruendo que silenciara interior y exterior, que tiñera con los colores de fuera y la sangre de dentro esa jodida pared que tanto, tanto detestaba. Ñiiii. Si no se le llega a ocurrir nada más, os aseguro que lo habría hecho.
Oooh, qué desternillante desenlace. Repetidamente ejemplificador, típico y no obstante acertado. El BigFish estaba justo debajo del embarcadero y no en lo profundo del lago. Las gafas las llevaba puestas y por eso no las encontraba. La primera idea descartada, expuesta torpemente por ese interlocutor del niño a quien no he dado nombre más que nada porque no tengo ni puta idea de quién es, ES la respuesta.
Niño cogió las acuarelas de la mesilla y las miró esperanzado. Las tiró al suelo, se agachó sobre ellas y empezó a destrozarlas con furia, llorando amarga y alegremente y buscando con cada golpe aplastar esa caricatura insultante de los valores y la filosofía humana que buscaba. 1/2 del plan, cumplido. Los colores no se compran. Los colores no se sueñan.
Crearé algo que deslumbre a esa puta humillante luz. -omisión de convencionalismo-
Entonces se calmó. Se dirigió silenciosamente hacia la pared, y recostando en ella la espalda se sentó en el suelo.
Y se puso a pensar.

¿Conclusión?, ni idea. ¿Me he aclarado algo a mí mismo?......Bueno venga, diré que sí
Actualización -6/9/08- Lo he releído. Ahora sí entiendo.