Entrada nº 59: Temperamento aparte (o el arte del ególatra)

¡Sonríe! Eres el puto número 1. Uno con el arte de tintado rastro. La luz cegadora entre los alógenos parpadeantes y las bombillas rotas, la frustración constante en los que no te alcanzan y el asombro puntual en los que no te entienden pero esporádicamente te idolatran por tu talento.
Tu talento...
¿Lo posees? ¿Lo mereces? ¿Lo alimentas? Oh, pormenores todas estas cuestiones para tamaño genio. ¿Cierto? Tú mejor que nadie debes saberlo.
¿Sería enfantizar demasiado repetir que eres el puto amo? Ah, nuestro respeto te hastía. Y no es por él por lo que publicaste el otro día, no, claro. Quizá tu olvidada y famélica modestia debiera cobrar un breve y vital papel protagonista antes de callar para siempre. Serán sólo unos segundos; lleva años sintetizando y reduciendo su discurso para este momento. Ups.. Tarde....(DEP)
Bien, no importa. La arrogancia disfruta en su disfraz de falsa modestia; como el feliz egopez globo, más falso cuanto más hinchado.
Escribe, escribe, experimenta buscando las reacciones de los miembros de tu más selecto club de "adoremos al becerro". Deslúmbralos con tu dorado pseudónimo.

Los que llevamos gafas de sol...estamos desorientados ante la supuesta sombra que proyectas sobre nosotros. Y es que los fantasmas son traslúcidos. En tu caso el serlo es doblemente trágico, pues tu condición de sábana con cadena caducará el día que tú caduques, y tu letra jamás será fantasma de tinta, inmortal, solemne y presente aún sin estar viva, como tú querrías.

"Eso está por ver". Es verdad.

¡Bu!